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El primer año de la Unidad de Víctimas

Countries
Colombia
Sources
El Espectador
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Durante el 2012 se indemnizaron 157.800 personas -47.840 más de las esperadas-.

Por: Alfredo Molano Jimeno

Con una ceremonia emocionante y desgarradora, en la que más de una decena de víctimas contó sus experiencias en la violencia y el camino hacia la reconciliación, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, dirigida por Paula Gaviria, celebró su primer año de vida.

Con la voz quebrada y lágrimas en sus rostros se fueron poniendo de pie cada una de las víctimas. Relataron sus historias, contaron sus dolores, pero sobre todo mostraron su satisfacción por ser hoy los sujetos de uno de los programas más importantes del gobierno colombiano: la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.

Los casos de Virleida Ballesteros, líder de Urabá; de Rumaida Paternina, en Sucre, o de Blanca Luz Barba Ruiz, del Atlántico, entre otros, conmovieron a los asistentes y a sus compañeros. Paula Gaviria, directora de la entidad, en más de una ocasión se tuvo que secar las lágrimas disimulando su quebranto.

“Hoy le he ganado la carrera a la muerte, les gané la carrera a los violentos y se las seguiré ganando”, advirtió Blanca Luz, una atleta que desde que inició su carrera deportiva luego de ingresar a la unidad, se dio cuenta de su condición de víctima y reconoció qué la hacía feliz y para qué era buena: para correr. Y así lo ha hecho desde que salió huyendo de Soledad (Atlántico) para salvar su vida y la de sus hijos. Hoy vive de eso y con orgullo muestra sus triunfos.

“Quisimos celebrar este año de resultados en un ejercicio de reflexión sobre lo que ha sido este proceso para nosotros. La satisfacción es ver a las víctimas sentirse reconocidas y ver que entienden la reparación como algo más que un cheque”, señaló Paula Gaviria.

En materia de cifras las cosas también son significativas: la meta para 2012 era indemnizar 110 mil personas, pero ante el desborde de las solicitudes se amplió y se indemnizó a 157.800 personas, por un valor de $915 mil millones. Para Gaviria, más importante que el número de indemnizaciones, es que 82 mil de esas personas solicitaron el acompañamiento del Estado y construyeron un plan individual de reparación, que consiste en una asistencia del Estado a las víctimas para capacitarlas y procurar que los recursos de la indemnización sean invertidos en proyectos productivos que puedan convertirse en su opción laboral.

“El plan busca que las víctimas puedan darle forma a la reparación, porque no todas lo entienden de la misma forma. Unas cantan su dolor, otras bailan, otras quieren escribirlo o dibujarlo. Otras quieren llorar o contra lo que ha pasado. Hay diferentes expresiones de reparación y lo que queremos es que la ésta tenga sentido para ellas. Ese es nuestro objetivo. La meta para 2013 es llegar a un total de 150 mil personas indemnizadas y vamos a trabajar con mucho énfasis en la rehabilitación y las reparaciones colectivas”, explicó Gaviria.

Según la funcionaria, este año se tiene contemplado impulsar el retornó de las comunidades de Mampuján, Las Brisas y San Cayetano, así como el de los emberas chamis que están en Risaralda y el de los wayuus que se desplazaron a Maracaibo (Venezuela), para que vuelvan a Bahía Portete (La Guajira).

A eso se suma que en 2012 se aprobaron cuatro planes de reparación colectiva: el de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC), el de la comunidad de El Salado (Bolívar),la de La Libertad (Sucre) y la de El Tigre (Putumayo). Además, este año se planea avanzar en las reparaciones colectivas de las comunidades de La Gabarra (Norte de Santander), Buenaventura (Valle del Cauca) y organizaciones políticas, sindicales y de profesionales, entre ellas la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, Indígenas y Negras de Colombia. “En reparaciones colectivas tenemos priorizados 150 colectivos, la mitad son comunidades étnicas y con ellos el tema está muy ligado al retorno a su territorio ancestral, por lo que haremos un trabajo articulado con la Unidad de Reparación de Tierras”, señaló Gaviria.

La atención humanitaria también mostró avances durante el 2012. En este periodo se acompañaron 1.108 emergencias humanitarias, se atendieron 95 desplazamientos masivos, en los que se vieron afectados 6.295 hogares, y se adelantaron 795 misiones humanitarias, entregando ayudas a 32.104 hogares. Al mismo tiempo se inició la puesta en marcha del programa para atención a víctimas menores de edad, con el cual se reconoció la indemnización de 7.052 niños, niñas y adolescentes que serán protegidas por el Estado hasta cuando cumplan la mayoría de edad.

En cuanto a los problemas de seguridad que enfrentan las víctimas reclamantes en las regiones, Gaviria expresó: “hemos visto que las víctimas que alzan la voz han sido señaladas, estigmatizadas y amenazadas. Por eso hemos pedido el acompañamiento de la Fiscalía a través de grupos de investigación especiales”.

Frente a la financiación de la ley, uno de los temas que más ha sido criticado por las entidades responsables, Gaviria afirmó que “como ésta es una apuesta de construcción de paz , quizá se requieren muchos más recursos, pero el presidente Santos nos ha brindado todo el apoyo. Incluso estamos apoyándonos en recursos de regalías para que entidades territoriales puedan garantizar que se inviertan en las víctimas. Tenemos varios proyectos en diferentes gobernaciones que han definido que sus proyectos estratégicos serán con víctimas y que se financian a través de Proyectos Plan. También hay una relación buena y directa con el Ministerio de Hacienda. La ley de víctimas se toma en serio a las víctimas y es la reparación transformadora hacia la inclusión social a lo que le estamos apostando”.

Antes de terminar el evento, un grupo de víctimas pasó al frente del auditorio, para recibir una rama de bambú, que simboliza el retorno en algunas culturas orientales. “En Colombia, desafortunadamente hay demasiadas víctimas. Lo que pasó en este país no tiene nombre, la magnitud del horror, del dolor, es indecible, pero estamos haciendo un ejercicio de paz y reconciliación cuando ellas son el centro de nuestra atención, el motor de nuestros esfuerzos como nación”, concluyó la directora de la Unidad de Víctimas.