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Luchando por sobrevivir: la situación de las personas solicitantes de asilo en Tapachula, México, Junio 2022

Страны
Мексика
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WOLA
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Происхождение
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Por: Stephanie Brewer, Lesly Tejada y Maureen Meyer

HALLAZGOS CLAVE

  • Las personas migrantes y solicitantes de asilo que llegan a Tapachula — la ciudad del sur de México donde se presenta la gran mayoría de las solicitudes de asilo— enfrentan lo que las organizaciones de la sociedad civil nos describieron repetidamente como “una política de desgaste”. Esto no se refiere a una política oficial, sino a los efectos combinados de una serie de acciones y omisiones gubernamentales que tienen como resultado que las personas en movilidad tengan que luchar por sobrevivir en condiciones de vulnerabilidad que las exponen al riesgo de abusos y tratos arbitrarios mientras navegan por múltiples procesos legales demorados. Estas condiciones, en lugar de contribuir al abordaje de la migración forzada hacia o a través de México, aumentan el sufrimiento y los riesgos a los que se enfrentan las personas que se desplazan.

  • El aumento vertiginoso de las solicitudes de asilo en México refleja el creciente desplazamiento forzado y las necesidades de protección en la región y en todo el mundo. También refleja la falta de una respuesta integral ante las diferentes necesidades de la población migrante, incluidas las personas que migran en busca de oportunidades económicas o por otras razones que no entran dentro de los motivos reconocidos para solicitar asilo. México recibió más de 130.000 solicitudes de asilo en 2021, una cifra 100 veces mayor al número de solicitudes recibidas en 2013. El sistema de asilo mexicano está desbordado y carece de recursos suficientes, llevando a prolongados retrasos en los tiempos de tramitación de los casos. Además del gran número de personas que necesitan protección internacional, la reticencia de las autoridades migratorias mexicanas a facilitar el acceso a otras vías de regularización migratoria tiene el efecto de canalizar a las personas hacia el sistema de asilo como si fuera la única opción para buscar una estancia regular en el país, generando una situación incluso más aguda.

  • Quienes necesitan protección casi nunca pueden solicitarla en los puntos de entrada oficiales en la frontera. Esto pone a las personas en mayor riesgo y constituye una barrera indebida para solicitar asilo. Las personas desplazadas de sus hogares por la violencia, la represión u otras amenazas a su supervivencia llegan a la frontera de México con necesidades de protección, generalmente después de sufrir violencia y traumas adicionales en el viaje hacia el norte. Sin embargo, incluso si están preparadas para solicitar asilo, las familias e individuos que buscan protección han encontrado que se les impide hacerlo en los puntos de entrada fronterizos, donde los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) suelen decirles que ese no es el lugar adecuado para solicitar asilo y/o indicarles que crucen entre los puntos de entrada sin documentación. Las personas migrantes que logran solicitar asilo en los puntos de entrada suelen ser detenidas por el INM y retenidas durante al menos unos días para su procesamiento. Por ello, las personas solicitantes de asilo frecuentemente se ven obligadas a cruzar entre puntos oficiales para luego intentar llegar a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) para solicitar asilo, expuestas al riesgo de ser detenidas por las autoridades o atacadas por delincuentes.

  • Mientras están atrapadas en Tapachula, las personas solicitantes de asilo luchan por sobrevivir. Los esfuerzos de las autoridades mexicanas por contenerlas allí son arbitrarios e insostenibles. La normatividad mexicana exige que las personas solicitantes de asilo esperen la resolución de sus casos en el estado donde hicieron la solicitud. En realidad, las fuerzas de seguridad generalmente les impiden salir de la misma ciudad de Tapachula. Las personas solicitantes de asilo en Tapachula se enfrentan a escasas oportunidades de empleo, obstáculos en el acceso a servicios de salud y escasez de viviendas asequibles, y los programas de apoyo del gobierno, las Naciones Unidas y la sociedad civil son insuficientes para satisfacer los niveles abrumadores de demanda. La proximidad de Tapachula a Centroamérica ocasiona que algunas personas corran el riesgo de encontrarse con sus agentes de persecución. Las personas solicitantes de asilo también se enfrentan a abusos por parte de las autoridades, que van desde la detención arbitraria a la extorsión y otras formas de violencia. Las mujeres y las personas migrantes afrodescendientes se enfrentan a situaciones particulares de riesgo y discriminación. Todos estos factores apuntan a la necesidad de poner fin a la política de contención de las personas solicitantes de asilo.

  • Las tácticas basadas en la disuasión, que sólo sirven para poner más sufrimiento y peligro en el camino de las personas migrantes, no disminuirán la migración forzada hacia y a través de México. El cierre de vías legales de migración obliga a la población desplazada a esconderse a lo largo de peligrosas rutas migratorias. En este contexto, la creciente lista de nacionalidades sudamericanas que requieren visa para volar a México significa que más personas tengan que cruzar hacia el norte por tierra sin documentación. Estas realidades ineludibles ponen de manifiesto la necesidad de priorizar el acceso a la protección en la gestión regional de la migración, aliviando el sufrimiento humano en lugares como Tapachula y desarrollando soluciones sostenibles para la población migrante.

  • Las iniciativas de apoyo a la integración de las personas migrantes y solicitantes de asilo en otras partes de México, como las que actualmente lidera la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), son cruciales para evitar crisis humanitarias en Tapachula y dar soluciones y estabilidad a la población migrante. A medida que la desesperación, el hacinamiento y las caravanas de personas migrantes aumentaron en 2021, el INM esporádicamente trasladó a personas migrantes y solicitantes de asilo a otros estados, pero lo hizo sin criterios claros ni coordinación con otras instituciones. Un sistema de reubicación regularizado, más recursos para la COMAR y esfuerzos adicionales para proporcionar un estatus legal a las personas migrantes que buscan mejores oportunidades serían medidas importantes para abordar el creciente número de migrantes que llegan a la frontera sur de México.