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Programas de Transferencias Monetarias para Adolescentes: Revisión de la evidencia de cómo la asistencia con transferencias monetarias puede lograr resultados para las/los adolescentes en los entornos humanitarios

Страны
Мир
Источники
Plan International
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Дата публикации

Antecedentes

Descripción de la Iniciativa

De acuerdo con su nueva estrategia organizacional 2017-2022, Plan International (Plan) está impulsando el trabajo global para fortalecer los programas humanitarios que tengan en cuenta la edad y el género. Esto incluye desarrollar modelos de programas para apoyar a las niñas y los niños adolescentes en situaciones de emergencia, que integren la protección de la niñez (PN), la educación, la salud sexual y reproductiva (SSR) y las intervenciones de empoderamiento económico de la juventud. Estos cubren programas para prevenir y dar respuesta al trabajo infantil, el matrimonio infantil, el abuso o la explotación infantil, o el reclutamiento forzoso de niñas y niños adolescentes en grupos armados, así como programas que apoyen el acceso a oportunidades de educación de calidad y relevantes para que las/los adolescentes desarrollen habilidades esenciales para la vida.

En muchos contextos humanitarios, los programas de transferencias monetarias (PTM) es una modalidad relevante y vital para apoyar la prevención, mitigación y respuesta a los problemas de protección y lograr resultados de bienestar para las/los adolescentes. Desde la Cumbre Humanitaria Mundial de 2016, el sector humanitario ha aumentado rápidamente la institucionalización, la financiación y la ampliación de los programas de transferencia monetaria (Cash and Learning Partnership [CALP] 2018).

Si bien los PTM son una modalidad cada vez más utilizada dentro de los programas de respuesta a emergencias centrados en la niñez de Plan, no existe una guía organizativa sobre el uso de las transferencias monetarias en los programas, tanto sectoriales como multisectoriales, para apoyar a las/los adolescentes en situaciones de emergencia. La evidencia generalizable y el aprendizaje sobre el impacto de los programas de transferencias monetarias en la protección de la niñez y los resultados educativos de las/los adolescentes en contextos humanitarios son limitados, al igual que la evidencia y la orientación sobre las transferencias monetarias directas a las/los adolescentes, debido a que se trata de un enfoque emergente. Estas brechas, que no son exclusivas de Plan y que también son representativas de la comunidad humanitaria en general, impiden la estandarización y armonización de los enfoques programáticos, la documentación y la promoción de buenas prácticas, y el desarrollo de capacidades de los equipos de respuesta humanitaria de Plan.

Plan International, con el apoyo de la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (SIDA), y en asociación con la Comisión de Mujeres Refugiadas (WRC), busca sintetizar el aprendizaje y fortalecer su capacidad interna sobre los programas de transferencias monetarias en los programas humanitarios multisectoriales para lograr resultados eficaces de protección, educación y bienestar para las niñas y los niños adolescentes afectados por crisis. Al hacerlo, Plan desea beneficiar a otras partes interesadas que buscan fortalecer sus políticas, prácticas y recursos de campo.

Objetivos de la Revisión Documental y las Consultas

El objetivo de la revisión documental y de las consultas globales realizadas por WRC a nombre de Plan, fue recopilar y documentar los programas existentes que proporcionan transferencias monetarias PTM para los resultados del bienestar de las/los adolescentes, así como evidencia reciente relacionada con los programas centrados en adolescentes en los sectores de protección de la niñez, salud y educación que se puede aplicar al uso de los programas de transferencias monetarias para los resultados del bienestar de las/los adolescentes.

Adolescencia, Adolescentes en Crisis y los PTM

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a las/los adolescentes como las personas que tienen entre 10 y 19 años de edad (OMS 2013). Las/los adolescentes tienen necesidades específicas que son diferentes a las de los niños pequeños y de las personas adultas (Thompson 2016). La adolescencia es una fase de transición del crecimiento y del desarrollo cognitivo, emocional, físico y sexual entre la niñez y la edad adulta (Chavez et al, 2018). La adolescencia es variada y diversa, y la transición a la edad adulta se vive y se define de manera diferente a nivel individual y social (Thompson 2016). Este período de transición y desarrollo se ve cada vez más como una “era de oportunidades” (Fondo de Población de las Naciones Unidas [UNFPA], 2014) a nivel mundial y en los entornos humanitarios, debido a las importantes implicaciones individuales e intergeneracionales del desarrollo adolescente; como resumieron Baird et al (2016), “las capacidades y el funcionamiento en este período no solo tiene consecuencias inmediatas para sus propias vidas, sino también beneficios a largo plazo para su descendencia y las comunidades en general” (p. 3-4) Si bien las instituciones, los sistemas y la cohesión comunitaria por lo general apoyan el desarrollo de la niñez y la juventud, durante las crisis este apoyo se desmorona. La respuesta humanitaria a menudo no toma las medidas necesarias para mitigar y contrarrestar las desventajas que deben enfrentar las/los adolescentes en crisis en general, y los desafíos para las adolescentes (Paik, 2014; Robles, 2015), y sobre todo las/los adolescentes que viven con discapacidades (WRC, 2015).

Las necesidades de las/los adolescentes y sus capacidades se deben incluir en cada fase de la programación humanitaria (WRC & Robles, 2014) y la programación centrada en las/los adolescentes requiere una inversión adecuada (Bakrania et al, 2017, p. 22). Muchas agencias humanitarias han adoptado en los últimos años estrategias para la inclusión y participación de la juventud.

Sin embargo, “las/los adolescentes son poco investigados en comparación con las mujeres y los niños más pequeños, tanto en términos de los riesgos y la violencia a los que están expuestos como del impacto de las intervenciones para prevenir la violencia contra ellos” (Sheppard, 2019). Por ejemplo, existe una creciente evidencia de que los adolescentes varones en crisis están experimentando una explotación significativa que no se está abordando dentro de la respuesta humanitaria y los mecanismos de protección actuales (Jones et al 2016; Chynoweth, 2018; Chynoweth, 2019).

Los programas de transferencias monetarias PTM se utilizan cada vez más en entornos humanitarios. En 2016, las transferencias monetarias representaron el 10,3% de la ayuda humanitaria internacional, un 40% más que el año anterior (CALP, 2018). Existe una amplia evidencia de los efectos de los PTM en varios resultados con adolescentes en entornos de países de ingresos bajos a medios (PIBM), pero en el momento de esta revisión documental, la evidencia de los entornos humanitarios es escasa (Doocy & Tappis, 2016). Es probable que la evidencia de los entornos de desarrollo difiera de los entornos humanitarios debido a limitaciones en el dado de la oferta: limitaciones de información, necesidades especiales, y la financiación volátil que caracteriza a los entornos humanitarios (de Hoop, de próxima publicación), lo que demuestra la necesidad de evidencia sobre los PTM específicos para los entornos humanitarios. Thompson (2016) recomendó explorar las transferencias monetarias como una herramienta que se puede utilizar para apoyar los objetivos de protección de la niñez, educación, salud y nutrición para las/los adolescentes.

Si bien los PTM se muestran prometedores para abordar las necesidades de las/los adolescentes, es fundamental comprender de manera más integral el impacto de los PTM en la PN y en la protección de las/los adolescentes es fundamental. En particular, se necesitan pruebas sobre cómo y qué tipos de diseños y modalidades de PTM podrían exponer a las/los adolescentes en crisis a un mayor riesgo asociado; cómo estos riesgos, si son evidentes, podrían mitigarse; y cómo los enfoques de los programas pueden aprovechar mejor los activos y las capacidades de las/los adolescentes.