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Medidas especiales de protección contra la explotación y los abusos sexuales - Informe del Secretario General (A/76/702)

Países
Mundo
Fuentes
UN GA
Fecha de publicación
Origen
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Septuagésimo sexto período de sesiones
Temas 132 y 150 del programa
Explotación y abusos sexuales: aplicación de una política de tolerancia cero
Aspectos administrativos y presupuestarios de la financiación de las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz

Resumen

El presente informe se ha preparado en cumplimiento de las resoluciones de la Asamblea General 71/278, 71/297, 72/312, 73/302 y 75/321. Describe las últimas medidas adoptadas por las Naciones Unidas para mejorar la prevención y la respuesta frente la explotación y los abusos sexuales.

I. Introducción

  1. En 2017, introduje una estrategia en todo el sistema a fin de mejorar el enfoque que aplica la Organización para prevenir la explotación y los abusos sexuales y responder a los casos existentes (A/71/818 y A/71/818/Corr.1). La estrategia incidía en cuatro prioridades: colocar los derechos y la dignidad de las víctimas en el primer plano de nuestros esfuerzos; poner fin a la impunidad; fomentar la participación de la sociedad civil y los asociados externos; y mejorar las comunicaciones estratégicas en aras de la educación y la transparencia. En los últimos cinco años, el sistema de las Naciones Unidas ha tomado medidas contundentes contra la comisión de actos de explotación y abusos sexuales por parte de su personal, entre otras cosas colaborando estrechamente con los Estados Miembros y la sociedad civil. La Organización ha reforzado las medidas de prevención y respuesta en sus pilares de paz, de desarrollo y humanitario; ha mejorado la rendición de cuentas por parte del personal directivo; ha aumentado la transparencia, entre otras cosas publicando datos sobre las denuncias registradas; ha estrechado su interacción con los actores externos; y ha ampliado y perfeccionado su enfoque centrado en las víctimas. Estas medidas ocupan un lugar destacado en mis informes anuales1 , el sitio web dedicado a la cuestión2 , las fichas informativas y los portales de información.

  2. A pesar de los claros avances logrados, lamentablemente siguen saliendo a la luz denuncias contra el personal de las Naciones Unidas. En 2021, las denuncias presentadas contra su personal de mantenimiento de la paz en la República Centroafricana dieron lugar a la repatriación de un contingente militar (véase S/2021/867). Una comisión independiente creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de casos relacionados con el personal responsable de afrontar la décima epidemia del virus del Ébola en la República Democrática del Congo3 .
    Estos informes demuestran que queda mucho por hacer y hay que redoblar esfuerzos.
    Por otra parte, quisiera destacar que la explotación y los abusos sexuales tienen su origen en el abuso de poder, la desigualdad de género, prácticas nocivas arraigadas y la vulnerabilidad estructural que va ligada a las disparidades económicas y sociales, agravada por las múltiples repercusiones que ha tenido la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19).

  3. Dada la magnitud de las operaciones de ayuda humanitaria, de paz y de otra índole de las Naciones Unidas en todo el mundo, su personal puede verse en circunstancias que podrían aumentar el riesgo de incurrir en esas conductas indebidas, fruto de su estrecha interacción con personas que se hallan en situaciones vulnerables.
    Me comprometo a ampliar las medidas a nivel nacional con una inversión inicial que permita abordar las causas fundamentales de esta lacra, además de delimitar ese riesgo y mitigarlo.

  4. Hemos de ejercer un mayor liderazgo y mejorar la cultura institucional en materia de igualdad de género y de intolerancia ante cualquier conducta sexual indebida, crear un marco global de cooperación con los Estados en el ámbito de la prevención y reforzar nuestra interacción con las comunidades, especialmente los grupos de mujeres y los actores de base, además de brindarles más ayuda. En contextos de alto riesgo, es preciso reconocer la importancia de contar con servicios de investigación colectivos e independientes y establecer estructur as organizativas adecuadas para responder a ese riesgo.