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MSF insta a BioNTech a compartir inmediatamente la tecnología y la fórmula de la vacuna contra la COVID-19

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MSF
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El plan a largo plazo de la compañía para desarrollar la fabricación de la vacuna COVID-19 en África debe acelerarse de forma urgente y masiva

Berlín/Ginebra, 21 de junio de 2021.- En vísperas de la asamblea anual de accionistas de BioNTech que se celebra mañana, Médicos Sin Fronteras (MSF) pide a la empresa farmacéutica, con sede en Alemania y que produce una de las vacunas de ARNm contra la COVID-19, que comparta inmediata y abiertamente su tecnología y conocimientos sobre vacunas con fabricantes con capacidad en países en desarrollo.

El objetivo: ayudar a aumentar la producción de vacunas vitales para los países que aún están a la espera de dosis suficientes contra la COVID-19. El plan anunciado por BioNTech de implantar la fabricación de vacunas en África en los próximos 4 o 5 años debería ir acompañado de que la empresa comparta inmediatamente su tecnología y su fórmula con fabricantes dispuestos a empezar a producir ahora.

"Nos enfrentamos a una enorme desigualdad en el acceso a las vacunas contra el coronavirus en todo el mundo. Sin embargo, en este momento, varios países tienen capacidad de fabricación que podría utilizarse para producir vacunas ARN mensajero para ayudar a aliviar este desequilibrio letal", afirma Lara Dovifat, asesora de la Campaña de Acceso de MSF. "Pero para ello, necesitamos que BioNTech y otras empresas que fabrican vacunas ARNm compartan la tecnología y los conocimientos necesarios para fabricar estas vacunas. Cuanto más rápido compartan las compañías los conocimientos técnicos, más rápido podremos poner fin a esta pandemia y mejor preparados estaremos ante futuras pandemias con una capacidad de producción más distribuida a nivel mundial, incluso en el sur global."

La tecnología de la vacuna de ARNm en la vacuna de Pfizer/BioNTech es una opción ventajosa para el uso y la fabricación en los países en desarrollo y en entornos con recursos limitados porque puede almacenarse a temperaturas estándar de refrigeración durante un mes, es muy adaptable a nuevas variantes y puede producirse en factorías más pequeñas sin experiencia previa en la producción de vacunas, a un coste relativamente bajo.

En un mapeo inicial, MSF ha hallado que, en este momento, varias empresas del continente africano podrían producir una vacuna de ARNm si se compartiera toda la tecnología y los conocimientos necesarios y se proporcionara el apoyo financiero y técnico necesario. Además, diez fabricantes de vacunas de países en vías de desarrollo han expresado su interés en recibir esa transferencia de tecnología de vacunas de ARNm a través del centro de transferencia de tecnología de ARNm de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero hasta ahora, ni Moderna ni Pfizer/BioNTech — las dos empresas farmacéuticas que cuentan con la aprobación para uso de emergencia de las vacunas de ARNm — se han ofrecido a compartir su tecnología.

La experiencia de Moderna y BioNTech ha demostrado, hasta ahora, que la transferencia de tecnología de esas vacunas de ARN mensajero, hacia los fabricantes que estas compañías han elegido, ha durado de cinco a ocho meses, lo que demuestra que es factible compartir los conocimientos técnicos de las vacunas y establecer la producción con relativa rapidez. Por lo tanto, los gobiernos deben utilizar todos los medios para empujar a las empresas a participar en la transferencia de tecnología con otros fabricantes con capacidades de producción, de una manera transparente, abierta a múltiples fabricantes y a un suministro con cobertura mundial. En una reciente resolución, el Parlamento de la UE ha subrayado la importancia de incentivar los acuerdos voluntarios de licencia y la transferencia voluntaria de tecnología y conocimientos técnicos a los países en desarrollo para ampliar urgentemente la producción mundial de vacunas.

Cabe destacar que BioNTech se benefició de un fuerte apoyo público a través del Gobierno alemán y otras fuentes públicas. BioNTech recibió una subvención de 375 millones de euros del Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania, 100 millones de euros en financiación de deuda del Banco Europeo de Inversiones y una inversión de 250 millones de dólares por parte de un grupo de inversores dirigido por Temasek, un fondo soberano del Gobierno de Singapur.

"Dada la importante inversión pública en esta vacuna, resulta imperativo que BioNTech comparta la fórmula de su vacuna con fabricantes independientes de países de renta media, incluidos los del continente africano. Esto sería un primer paso hacia vacunas fabricadas en África, contribuiría a la preparación del continente para futuras pandemias y reduciría su dependencia de las importaciones de vacunas, garantizando, al mismo tiempo, que la población de todos los países de África obtenga de forma oportuna acceso estas herramientas sanitarias que salvan vidas", dijo Christian Katzer, director general de MSF en Alemania. "El Gobierno alemán tiene la oportunidad y la obligación de aprovechar sus inversiones e instar a compartir la tecnología para impulsar la producción de vacunas a nivel mundial. Hacerlo ayudará a salvar tantas vidas como sea posible, lo antes posible".

MSF también hace un llamamiento al gobierno alemán para que done inmediatamente dosis a COVAX, y para que apoye la propuesta de "exención de los ADPIC" en la Organización Mundial del Comercio para eliminar las barreras de propiedad intelectual para todas las herramientas médicas de COVID-19 durante la pandemia.

Guillermo Algar González
Press Officer, MSF España
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