2.700 millones de personas no han recibido "protección social" para hacer frente a la crisis económica derivada de la COVID-19
Una nueva investigación de Oxfam muestra que más de un tercio de la población mundial no ha recibido ningún apoyo monetario público para hacer frente a los efectos de la pandemia.
En un nuevo informe titulado "Refugio en la tormenta", realizado en asociación con Development Pathways, se analizaron las políticas de respuesta a la COVID -19, tales como la inyección directa de dinero adicional a las familias, a través de prestaciones por discapacidad, desempleo, menores a cargo o pensiones de jubilación. El informe muestra que la respuesta ha sido insuficiente para satisfacer las necesidades básicas y que más de 2700 millones de personas no han recibido apoyo financiero de su Gobierno en los momentos de mayor necesidad.
"Refugio en la tormenta” muestra que, en general, el mundo ha gastado 11,7 billones de dólares este año para hacer frente a las consecuencias de la pandemia del coronavirus. De ellos, 9,8 billones de dólares (83%) los gastaron 36 países ricos, frente a sólo 42.000 millones de dólares (0,4 %) que emplearon 59 países de bajos ingresos.
En lo que respecta al dinero adicional destinado específicamente a los programas de protección social, 28 países ricos han invertido 695 dólares por persona. En cambio, los países de bajos ingresos y los países emergentes han gastado un importe per cápita de entre 28 dólares y 4 dólares, aproximadamente.
Por si fuera poco, los países ricos solamente han aumentado su ayuda a países en desarrollo para financiar protección social en 5.800 millones de dólares, lo que equivale a menos de nueve centavos por cada 100 dólares recaudados para hacer frente a la COVID-19.
"El coronavirus unió al mundo en el miedo, pero la respuesta ha sido la división", afirmó la Directora Ejecutiva de Oxfam, Gabriela Bucher. "La pandemia impulsó un loable esfuerzo mundial que llegó a más de mil millones de personas en materia de protección social a lo largo de 2020 pero, a día de hoy, todavía hay otras que se han quedado totalmente rezagadas. Esto no tiene que ser así".
La necesidad de mejores programas de protección social para ayudar a la población es enorme. 500 millones de personas trabajan menos o se encuentran sin trabajo, y esto afecta a las mujeres el doble que a los hombres. Los/as trabajadores/as de los países de ingresos bajos son los que más han sufrido, ya que han perdido el 23 % de sus horas de trabajo. Muchas personas se están endeudando, se ven forzadas a saltarse comidas, no pueden llevar a los menores de edad a la escuela o tienen que vender sus bienes. Las remesas de las personas migrantes a las familias que dependen de ellas en su país se han detenido. La pobreza global y el hambre se están disparando.