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El Director General propone una nueva estructura para que la FAO sea ágil y eficiente

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En su intervención ante el Consejo de la FAO, el Sr. QU Dongyu explicó su enfoque para afrontar los desafíos relacionados con la alimentación y la agricultura

Roma, 6 de julio de 2020 - El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Sr. QU Dongyu, presentó hoy ante el Consejo de la Organización un segundo paquete de medidas para reformar este organismo. Esto sigue a las medidas ya aprobadas por el Consejo en diciembre de 2019 para que la FAO sea más ágil, eficiente y responsable. El Sr. QU explicó asimismo los desafíos actuales y futuros a los que se enfrentan la seguridad alimentaria y la agricultura en general, y su visión para responder a ellos.

"Los nuevos ajustes que presento hoy se guían por la misma visión: crear una Organización inclusiva y ágil que preste servicios a sus Miembros a fin de lograr mejorar cuatro aspectos: una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejorados por medio de una reforma más transparente, abierta, innovadora, responsable y eficaz", dijo el Sr. QU.

Las nuevas medidas propuestas están encaminadas a mejorar la eficiencia y eficacia de la FAO, "evitando al mismo tiempo, la compartimentación y estableciendo niveles óptimos de transparencia y rendición de cuentas", añadió el Director General, que asumió su cargo hace casi un año, el 1 de agosto de 2019.

Uno de los elementos fundamentales es la propuesta de poner en práctica una estructura orgánica modular y más flexible, asegurando así la agilidad, una colaboración intersectorial óptima y una mejor respuesta a las necesidades y prioridades que vayan surgiendo. Esto incluye agrupar en el centro de la Organización al equipo directivo superior, que estará integrado por tres directores generales adjuntos, el Economista Jefe, el Científico Jefe y el Director de Gabinete, quienes prestarán apoyo al Director General en todas las esferas de competencia de la FAO.

Los directores de las divisiones, los centros y las oficinas, en calidad de expertos en sus respectivas materias, rendirían cuentas directamente a los miembros del equipo directivo superior, con arreglo a una estructura de rendición de cuentas dual, fortaleciendo así el consenso interno y las sinergias y reduciendo al máximo la burocracia.

Entre otras propuestas cabe destacar la creación de una nueva Oficina para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una nueva División de Sistemas Alimentarios e Inocuidad de los Alimentos que proporcionaría liderazgo estratégico para la creación de sistemas alimentarios más sostenibles y una Oficina del Ombudsman independiente, así como el fortalecimiento de los tres centros de cooperación de la Organización, a saber: el Centro de Inversiones, que colabora con las instituciones financieras internacionales; el Centro Conjunto FAO/OIEA, que refleja la asociación estratégica de larga data en materia de desarrollo agrícola sostenible y seguridad alimentaria utilizando la ciencia y la tecnología nucleares, y el Centro Conjunto FAO/OMS, que albergará la Comisión del Codex Alimentarius y se ocupará de cuestiones relacionadas con las enfermedades zoonóticas.

El Director General se propone asimismo fortalecer las capacidades de las oficinas de la FAO regionales y en los países. "Nuestras oficinas en los países son el eje de la ejecución de la FAO. Nos aseguraremos de que reciban el apoyo y los servicios adecuados sobre el terreno. Este empoderamiento irá acompañado de un claro empuje a fin de obtener resultados más tangibles y mediante una evaluación de 360 grados", añadió.

Las nuevas medidas entrarían en vigor una vez aprobadas por el Consejo, compuesto por 49 Estados Miembros. El Consejo representa el órgano ejecutivo de la Conferencia de la FAO, el máximo órgano decisorio de la Organización, que se reúne cada dos años.

Respuesta a la enfermedad por coronavirus (COVID-19)

El Director General recalcó que la FAO está a la vanguardia de la labor encaminada a abordar los desafíos mundiales nuevos y emergentes que se plantean a la alimentación y la agricultura a causa de la COVID-19. Desde los primeros días del brote, la FAO ha estado haciendo un seguimiento de la situación mundial.

"Desde el inicio se puso de manifiesto que la combinación de las repercusiones de la COVID-19, las medidas de contención y la consiguiente recesión mundial harían aumentar el número de personas pobres que padecen hambre, especialmente en países de bajos ingresos que dependen de las importaciones de alimentos", explicó el Sr. QU.

Para ayudar a los países a hacer frente a esos desafíos, la FAO presentó sus soluciones de políticas haciendo un llamamiento a la acción a fin de garantizar el buen funcionamiento de las cadenas de suministro de alimentos. Hasta el momento, la Organización ha publicado 41 notas de orientación y ocho publicaciones, en las que presenta evaluaciones tanto cuantitativas como cualitativas de las repercusiones de la pandemia en las cadenas de suministro de alimentos, el comercio y los mercados de alimentos, los pequeños productores, la inseguridad alimentaria, la protección de las personas más vulnerables, los sistemas estadísticos y los sistemas alimentarios inocuos, resilientes y sostenibles.

La Organización también está utilizando macrodatos para hacer un seguimiento del comercio y recopilar información sobre cuestiones logísticas, tales como los movimientos de buques en tiempo real, e información diaria sobre los precios de 14 productos alimentarios principales en todos los países.

Asimismo, la FAO ha colaborado activamente con gobiernos, organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil para coordinar y fortalecer las respuestas a la pandemia.

Desde su comienzo, el Director General ha participado en la reunión de líderes del G-20, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre seguridad alimentaria y la reunión de los ministros de agricultura del G-20, exhortándoles a producir más y mejor sobre la base de calendarios agrícolas. Asimismo, participó en reuniones convenidas por el Secretario General de las Naciones Unidas, el Consejo Económico y Social y el Foro Económico Mundial.

La FAO también organizó una serie de reuniones virtuales con ministros de distintas regiones a fin de garantizar que los países designaran la alimentación y la agricultura como servicios esenciales durante los confinamientos.

"En colaboración con la Unión Africana, celebramos una reunión virtual histórica con 45 ministros de Agricultura de África, que contó con la asistencia de la Comisaria de Agricultura de la UE y representantes del Banco Africano de Desarrollo y del Banco Mundial", subrayó el Director General.

Del evento surgió una declaración ministerial en virtud de la cual los ministros se comprometían a reducir al mínimo las perturbaciones en los sistemas alimentarios, garantizando al mismo tiempo que se establecieran medidas para contener la propagación del virus. Se creó un grupo de acción regional para aplicar los objetivos de la Declaración y prestar apoyo coordinado para todo nuevo "foco" de seguridad alimentaria que surgiera como consecuencia de la COVID-19.

Durante un evento de alto nivel que se celebrará el 14 de julio de 2020, se presentará un nuevo programa de respuesta de la FAO para combatir la COVID-19, basado en siete esferas de trabajo definidas como prioritarias.

"Los próximos meses representan nuestra mejor oportunidad para evitar que se cumplan las predicciones de grandes aumentos en el número de personas que se enfrentarán a una crisis o de peores niveles de inseguridad alimentaria aguda debido a la pandemia de la COVID-19. De ahí que estemos acelerando la implantación de nuestro sistema de recopilación de datos primarios y seguimiento sobre el terreno de modo que podamos localizar los focos emergentes y tomar las medidas preventivas más apropiadas y rentables con el fin de evitar el aumento del hambre", dijo el Sr. QU.

La respuesta de la FAO a los efectos de la COVID-19 también incluirá medidas y esfuerzos coordinados de múltiples partes interesadas y asociados para afrontar los diversos desafíos económicos, sociales y medioambientales en el contexto de la Iniciativa Mano de la mano.

"La Iniciativa Mano de la mano ofrece una estructura de coordinación predefinida que vincula una serie diversa de oficinas gubernamentales centrales y provinciales, donantes, instituciones financieras internacionales, el sector privado, la sociedad civil y entidades de investigación, todos ellos bajo la dirección central del gobierno anfitrión", subrayó el Director General.

Otros desafíos alimentarios y agrícolas

Si bien la atención internacional se ha centrado en la COVID-19, la FAO ha seguido prestando apoyo a sus Miembros en la lucha contra otro gran desafío: la langosta del desierto. Desde principios de año, su recrudecimiento sigue amenazando la seguridad alimentaria en el Gran Cuerno de África, la Península Arábiga y partes de Asia sudoccidental, con riesgo de continuar propagándose a la región del Sahel.

Las estimaciones preliminares sugieren que los controles llevados a cabo en África oriental y el Yemen han salvado de sufrir daños por causa de la langosta a casi 1 millón de toneladas de cereales, lo que equivale a cereales suficientes para alimentar a cerca de 7 millones de personas durante un año. Además, 451 000 hogares de pastores han evitado la pérdida de sus medios de vida y la miseria gracias a la prevención de los daños en los terrenos de pasto.

"Hemos de mantener las operaciones en curso; ampliarlas para satisfacer las necesidades incipientes; y prepararnos para nuevas amenazas de langosta del desierto de modo que los efectos de esta plaga, en combinación con los de la COVID-19, no tengan consecuencias catastróficas para los medios de vida y la seguridad alimentaria", recalcó el Director General.

Por lo que respecta a otro desafío transfronterizo, concretamente el gusano cogollero del maíz, el Sr. QU mencionó que el Comité Permanente de Acción Mundial había acordado celebrar una conferencia virtual de alto nivel en septiembre, con el fin de movilizar los recursos necesarios para un plan de acción mundial coordinado propuesto por la FAO. El evento se organizará conjuntamente con el Banco Africano de Desarrollo.

"La FAO seguirá haciendo un seguimiento y un análisis de las consecuencias de la COVID-19, y de las medidas relacionadas con ella, sobre las actividades de control del gusano cogollero del maíz", dijo el Sr. QU.

El Director General presentó asimismo su visión sobre el modo de abordar otros desafíos actuales y futuros relacionados con la alimentación y la agricultura, especialmente la necesidad de transformar los sistemas alimentarios actuales y hacerlos más sostenibles.

"Nuestra aspiración es que haya alimentos para todos. Pero nuestro pensamiento y actuación han de ir más allá de la mera producción de alimentos e incluir, entre otros aspectos, su consumo y su calidad y una cultura alimentaria", teniendo en cuenta las repercusiones medioambientales y contribuyendo al desarrollo sostenible. "Esto nos lleva a la ecoeconomía, en la que el valor económico trae aparejada la sostenibilidad medioambiental", añadió.

El Director General también destacó el papel de la digitalización y las soluciones modernas, tales como el comercio electrónico, en cuanto formas de transformar y racionalizar los sistemas alimentarios, especialmente para promover el acceso a los mercados y la información, salvaguardar los recursos naturales y combatir la perdida y el desperdicio de alimentos.

El Consejo de la FAO se reunirá hasta el 10 de julio y examinará varias cuestiones relacionadas con el Programa de trabajo y presupuesto correspondiente al actual bienio 2020-21.

Puede consultarse aquí el discurso íntegro del Director General pronunciado durante la sesión de apertura del Consejo de la FAO.