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Observatorio de la OIT: El COVID‑19 y el mundo del trabajo. Quinta edición

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Mensajes fundamentales

Visión retrospectiva: incidencia adversa en los mercados laborales en la primera mitad de 2020

Cierre de lugares de trabajo

  • La gran mayoría de los trabajadores de todo el mundo, a saber, el 93 por ciento, sigue residiendo en países que aplican algún tipo de medida de cierre de lugares de trabajo. Esa proporción a escala mundial se ha mantenido relativamente estable desde mediados de marzo, si bien las medidas aplicadas han sido cada vez más laxas. En la actualidad, la mayor cantidad de restricciones que afectan a trabajadores y lugares de trabajo se producen en las Américas.

La pérdida de horas de trabajo es mucho mayor que la que se había estimado

  • Según se desprende de recientes estimaciones de la OIT, la pérdida de horas de trabajo en la primera mitad de 2020 ha sido mayor que la prevista, lo que pone de manifiesto el empeoramiento de la situación en las últimas semanas, en particular en los países en desarrollo. En el primer trimestre del año se perdió aproximadamente un 5,4 por ciento de las horas de trabajo en todo el mundo (equiparable a 155 millones de empleos a tiempo completo), con respecto al cuarto trimestre de 2019. Se prevé que en el segundo trimestre de 2020 se pierda en todo el mundo el 14,0 por ciento de las horas de trabajo (equiparable a 400 millones de empleos a tiempo completo), y que las mayores pérdidas se registren en las Américas, a razón del 18,3 por ciento.

  • Los factores que determinan la pérdida de horas de trabajo varían sustancialmente en todos los países para los que se dispone de datos pertinentes. En algunos países, la reducción de horas de trabajo y la condición de trabajador «empleado pero sin trabajo» (por ejemplo, los empleados en situación de baja temporal) contribuyeron ampliamente a la cantidad de horas de trabajo perdidas, al tiempo que en otros, el factor determinante fue la situación de desempleo e inactividad. Esas diferencias ponen de manifiesto que un enfoque demasiado específico en materia de desempleo no permite evaluar adecuadamente la incidencia de la pandemia en los mercados laborales.

Repercusión desproporcionada en las mujeres que trabajan

  • Habida cuenta de que la crisis de la COVID-19 afecta de forma desproporcionada a las mujeres trabajadoras de muchas maneras, existe el riesgo de que se produzca un retroceso con respecto a algunos avances logrados en los últimos decenios, y de que se exacerbe la desigualdad de género en el mercado laboral.

A diferencia de crisis anteriores, el empleo femenino corre un mayor riesgo que el masculino, en particular como consecuencia de los efectos de la recesión en el sector de los servicios. Por otro lado, las mujeres constituyen una gran parte de los trabajadores que realizan trabajos de primera línea, especialmente en los sectores sanitario y de asistencia social. El aumento de la carga de trabajo no remunerado de la atención sanitaria que ha provocado la crisis afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres.

Visión con respecto al futuro: perspectivas y retos políticos Perspectivas para la segunda mitad de 2020

  • Según se desprende de varias previsiones de la OIT, la recuperación del mercado laboral que se produzca en la segunda mitad de 2020 será incierta y parcial. Con arreglo al caso hipotético de referencia, cabe prever que en el cuarto trimestre de este año se siga perdiendo alrededor del 4,9 por ciento de las horas de trabajo (equiparables a 140 millones de puestos de trabajo a tiempo completo). Con arreglo al caso más desfavorable, en el que se prevé una segunda ola de la pandemia en el segundo semestre de 2020, podría perderse hasta el 11,9 por ciento de las horas de trabajo (equiparables a 340 millones de empleos a tiempo completo) en el último trimestre del año. Aun en el caso hipotético más favorable, que prevé una rápida recuperación, es poco probable que para finales de 2020 la cantidad de horas de trabajo a escala mundial vuelva a ser la que existía antes de la crisis.

Políticas que fomenten una recuperación basada en el empleo

  • Los resultados que se logren respecto del mercado de trabajo durante el resto de 2020 vendrán determinados por las medidas políticas que se formulen y apliquen, así como por la evolución de la pandemia en el futuro. Hasta ahora, la mayoría de los países han utilizado recursos, con frecuencia a una escala sin precedentes, para fomentar la economía y el empleo mediante medidas políticas pertinentes en los planos fiscal, monetario y de protección social, entre otras. Sin embargo, algunos países de ingresos bajos y medianos cuentan con un menor margen fiscal a tal efecto.

  • Con objeto de facilitar una recuperación que propicie la creación de empleo, será necesario abordar los principales retos enumerados a continuación: a) alcanzar un equilibrio en el plano político; b) mantener intervenciones a la escala necesaria; c) apoyar a los grupos vulnerables y los más afectados con el fin de lograr un mercado laboral más justo; d) fomentar la solidaridad y el apoyo internacionales; y e) fortalecer el diálogo social y el respeto de los derechos en el trabajo. En el marco de la Declaración del Centenario de la OIT sobre el futuro del trabajo adoptada en 2019, en virtud de la cual se establece un enfoque centrado en el ser humano para aumentar la inversión en la capacidad de las personas, las instituciones laborales y el empleo sostenible y decente en el futuro, se proporcionan referencias muy útiles para abordar los citados retos.