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Cómo evitar que la crisis del COVID-19 se transforme en una crisis alimentaria: Acciones urgentes contra el hambre en América Latina y el Caribe

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ECLAC
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I. El COVID-19 pone en riesgo la alimentación

  • La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) tiene efectos sobre las actividades del sistema alimentario (producción, transformación, distribución, comercio y consumo de alimentos) y sus resultados, sobre todo en términos de seguridad alimentaria y bienestar social. El Secretario General de las Naciones Unidas ha resaltado la necesidad de una reacción inmediata para evitar una crisis alimentaria (Naciones Unidas, 2020a). Por ello, en este informe se hacen recomendaciones de política para sostener la demanda y administrar el comercio de alimentos durante la emergencia y para evitar que su prolongación conduzca a una crisis alimentaria regional.

  • Hay cinco canales externos a través de los cuales el COVID-19 afecta a la región: i) la disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales y sus efectos; ii) la caída de los precios de los productos primarios; iii) la interrupción de las cadenas globales de valor; iv) la menor demanda de servicios de turismo, y v) la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales (CEPAL, 2020a).

  • Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha formulado un análisis sistematizado de los principales canales de transmisión de los impactos de la pandemia en la alimentación y la agricultura sobre la base de un modelo que identifica los efectos de la pandemia en la demanda, la oferta y el comercio internacional de alimentos (véase el diagrama 1). Los factores relevantes en cada caso son:

    • Demanda: la proporción de los ingresos que los hogares gastan en alimentos y las elasticidades precio e ingreso de los alimentos que afectan la capacidad adquisitiva de los hogares y la distribución del gasto entre tipos de alimentos.
    • Oferta: la intensidad relativa de capital o de trabajo en los procesos productivos e importancia del capital fijo y los insumos intermedios.
    • Comercio internacional: los efectos dependerán del carácter de importador o exportador neto de cada país.
  • En muchos países, la agricultura y otras actividades relacionadas con la provisión de alimentos han sido consideradas esenciales, al igual que la atención médica y los servicios de suministro de energía y agua.

  • La pandemia ha mostrado la importancia de la cooperación entre países, entre organismos internacionales y entre los sectores público y privado. El intercambio de experiencias entre países permite compartir buenas prácticas y evitar errores. La cooperación y coordinación entre organismos internacionales puede ayudar a responder a las necesidades de apoyo planteadas por los países. La colaboración público-privada permite solucionar cuellos de botella en la cadena de suministro de alimentos y en el acceso a los mismos, especialmente por parte de la población en situación de hambre y de extrema pobreza.

  • La pandemia también ha puesto de manifiesto que solo el Estado tiene la capacidad para facilitar, coordinar e intervenir para asegurar la disponibilidad de alimentos. De ahí la responsabilidad de los gobiernos de evitar que la crisis sanitaria se transforme en una crisis alimentaria. Para ello, se deben activar mecanismos de cooperación multilateral a nivel internacional y de cooperación entre los gobiernos, las empresas y sus trabajadores, y las organizaciones de la sociedad civil. Las medidas de política para enfrentar la crisis están en permanente cambio, como se muestra en el Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (2020c).