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Mensaje del Secretario General con ocasión del Día Internacional de Información sobre el Peligro de las Minas y de asistencia para las actividades relativas a las minas

Países
Mundo
Fuentes
UN SG
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Hace décadas, se colocaron millones de minas terrestres en países de todo el mundo. De Camboya a Mozambique, pasando por Angola y el Afganistán, miles de personas perdieron la vida o vieron frustradas sus aspiraciones para siempre por el simple hecho de dar un mal paso. La indignación de la sociedad civil a principios de los años noventa consiguió que el sistema multilateral se pronunciara en contra del uso de las minas antipersonal, lo que desembocó en la firma, en 1997, de una convención que las prohíbe y en otros marcos fundamentales. En la actualidad, muchos países se han declarado libres de minas y otros están en camino de hacerlo.

Hoy el mundo hace frente a una terrible pandemia. Los peligros que plantea la enfermedad por coronavirus (COVID-19) están obligando a todos los países, y a cada uno de nosotros, a tomar medidas que hubieran parecido inimaginables hace apenas unas semanas. Por este motivo, el Día Internacional de Información sobre el Peligro de las Minas ha quedado relegado a un segundo plano este año: se han cancelado los campeonatos de fútbol que iban a celebrarse en terrenos libres de municiones explosivas y los actos que iban a congregar a la comunidad dedicada a luchar contra las minas tendrán lugar, en todo caso, de manera virtual.

No obstante, incluso en medio de una crisis sin precedentes, no podemos dejar que este día pase inadvertido y tampoco podemos permitir que no se reconozcan los derechos de las personas con discapacidad. Las minas, los restos explosivos de guerra y los artefactos explosivos improvisados son una amenaza para algunos de los grupos más vulnerables de la sociedad: las mujeres, cuando van camino del mercado, los ganaderos, cuando pastorean el ganado, los trabajadores humanitarios, cuando tratan de llegar hasta los más necesitados.

Los logros de quienes luchan contra las minas muestran que, cuando colaboramos unos con otros, podemos alcanzar metas que en su momento nos parecían imposibles. Se trata de un mensaje que nos sirve a día de hoy para tratar de acabar con la transmisión de la pandemia.

Así pues, recordemos en este día a quienes viven bajo la sombra de las municiones explosivas en Siria, Malí y otros lugares del mundo. Mientras muchos de nosotros trabajamos a salvo desde nuestras casas, estas personas siguen estando expuestas y siendo vulnerables. Y cuando el mundo supere la crisis actual, seguirán necesitando nuestro apoyo.