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Una carta abierta a los niños del mundo: Ocho razones por las que siento preocupación, pero también esperanza, por la próxima generación

Países
Mundo
Fuentes
UNICEF
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Los conflictos prolongados, la crisis del clima, el aumento de enfermedades mentales y la información errónea en internet

Son algunas de las nuevas y mayores amenazas para los niños, según UNICEF

En una carta abierta para conmemorar el 30º aniversario de la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, la Directora Ejecutiva de UNICEF da la voz de alarma sobre los principales desafíos a los que se enfrentan los niños

NUEVA YORK, 18 de septiembre de 2019 – Los conflictos prolongados, una crisis del clima que va a peor, el aumento de las enfermedades mentales entre los jóvenes y la información errónea en internet son algunas de las nuevas y peores amenazas para los niños de todo el mundo, según informa hoy UNICEF en una carta abierta emitida por la Directora Ejecutiva de la organización, Henrietta Fore.

Además de las amenazas a las que ya se enfrentaban los niños, como el acceso a la educación, la pobreza, la desigualdad y la discriminación, la carta advierte de nuevas amenazas para los derechos de los niños, y esboza las formas de redoblar los esfuerzos para abordarlas. La carta inaugural se publica como parte de la conmemoración, por parte de UNICEF, del 30º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado de derechos humanos más ampliamente ratificado de la historia.

“Su generación, la de los niños de hoy, se enfrenta a nuevas dificultades y cambios a nivel mundial que eran inimaginables para sus padres”, escribe Fore. “Nuestro clima está cambiando más de lo que podíamos imaginar, las desigualdades se acentúan, la tecnología está transformando el modo en que percibimos el mundo y las familias están migrando más que nunca. La infancia ha cambiado, y nosotros tenemos que cambiar nuestros enfoques para adaptarnos a esos cambios”.

En la carta se subrayan ocho desafíos crecientes para el mundo de los niños: los conflictos prolongados; la contaminación y la crisis del clima; el empeoramiento de la salud mental; las migraciones masivas y otros desplazamientos de la población; la apatridia; las habilidades futuras para los trabajos del futuro; los derechos sobre los datos y la privacidad en la red, así como la información falsa en internet.

Con respecto a los conflictos, la carta pone de manifiesto que el número de países en situación de conflicto en la actualidad es el más alto registrado desde la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, y que uno de cada cuatro niños vive en países afectados por desastres o conflictos violentos.

Acerca del cambio climático, la directora advierte de que los niños ya están teniendo que luchar contra la destrucción incontrolada del planeta y una crisis mundial del clima que tiene el potencial de socavar la mayoría de los avances logrados en materia de supervivencia y desarrollo infantil en los últimos 30 años. El aumento de condiciones meteorológicas extremas y el aire tóxico, las sequías prolongadas y las trombas de agua forman parte de esta crisis, y están afectando de manera desproporcionada a los niños más pobres y vulnerables.

UNICEF está trabajando para mitigar el impacto de la crisis del clima en países de todo el mundo. En Etiopía, por ejemplo, UNICEF ha estado a la vanguardia de las nuevas tecnologías para mapear las aguas subterráneas, y está trabajando para brindar soluciones a comunidades con escasez crónica de agua. En Malawi, UNICEF ha creado un sistema duradero y respetuoso con el medioambiente utilizando energía solar para mejorar el acceso de las comunidades a agua limpia. No obstante, queda mucho por hacer para frenar el cambio climático.

“Los gobiernos y las empresas deben trabajar juntos para reducir el consumo de combustibles fósiles, crear sistemas agrícolas, industriales y de transporte más limpios e invertir en ampliar las fuentes de energía renovables”, escribe Fore.

La carta también refleja la preocupación por el hecho de que muchos niños van a crecer como nativos de un entorno digital saturado de información falsa en internet. Por ejemplo, la denominada tecnología “deep fake” utiliza técnicas de inteligencia artificial para crear contenidos de audio y vídeo falsos pero convincentes de una forma relativamente fácil. La directora advierte en su carta de que un entorno de internet en el que cueste distinguir la verdad de la ficción tiene el potencial de minar la confianza en las instituciones y las fuentes de información, además de sesgar el debate democrático y las intenciones de los votantes y sembrar dudas acerca de otros grupos étnicos, religiosos o sociales.

La carta alerta de que la información falsa en internet ya está exponiendo a los niños a la captación con fines sexuales, el abuso y otras formas de explotación; está sesgando el debate democrático y, en algunas comunidades, está llegando incluso a provocar el resurgimiento de enfermedades mortales debido a la desconfianza de la gente en las vacunas instigada por la información errónea de internet. Esto podría dar como resultado que toda una generación de ciudadanos no sea capaz de confiar en nada. Para responder a este problema, UNICEF ha puesto en marcha programas piloto de alfabetización mediática, como el programa de Jóvenes Reporteros de Montenegro, cuyo objetivo es capacitar a los jóvenes para identificar información errónea en la red y verificar contenidos en línea, así como enseñarles las funciones y las técnicas de un periodismo responsable.

“No podemos seguir creyendo ingenuamente que la verdad tiene una ventaja innata sobre la mentira en la era digital y, como sociedades, debemos crear resiliencia contra la avalancha diaria de falsedad que hay en la red”, escribe Fore. “Deberíamos comenzar por capacitar a los jóvenes para comprender en qué y en quién pueden confiar en internet, de forma que puedan convertirse en ciudadanos activos y comprometidos”.

En lo que respecta a la salud mental, la carta advierte de que las enfermedades mentales entre adolescentes han aumentado en los años posteriores a la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, y que la depresión es una de las causas principales de discapacidad entre los jóvenes. Así, Fore insta a dar prioridad a la promoción, la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de niños y jóvenes que sufren problemas de salud mental, así como a luchar contra los estigmas y los tabúes que rodean a las enfermedades mentales con el fin de poder buscar tratamientos y recibir ayuda.

Por último, la directora reconoce en la carta que los niños y los jóvenes ya han iniciado movimientos por todo el mundo en busca de soluciones para responder a los desafíos a los que se enfrentan, y pide a los dirigentes mundiales que sigan su ejemplo.

“Ustedes, los niños y los jóvenes de hoy, han tomado las riendas y están exigiendo medidas urgentes. Además, se están empoderando para aprender acerca del mundo que los rodea y adaptarlo a sus necesidades”, escribe Fore. “Se están pronunciando, y nosotros los estamos escuchando”.