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Modelo de protección de la salud mental en la gestión del riesgo de desastres

Pays
Chili
Sources
Govt. Chile
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Origine
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PRESENTACIÓN

A lo largo de su historia, Chile ha estado expuesto a numerosas y distintas amenazas tales como sismos, erupciones volcánicas, tsunamis, sistemas frontales, sequías, entre otros. A ello se suman las amenazas originadas por la acción humana como incendios, accidentes industriales y similares. Agravando este panorama, han surgido en las últimas décadas los fenómenos asociados al Cambio Climático produciendo lluvias más intensas, períodos de sequía, olas de calor o frío más frecuentes. Todas estas amenazas, interactuando con diversas vulnerabilidades presentes en los territorios, han ocasionado importantes emergencias y desastres. Incluso, han ocurrido de manera simultánea, tales como los eventos del 2015, año en el que se sucedieron sismos de mediana y mayor intensidad, tsunami, erupciones volcánicas, aluviones y sistemas frontales, los que generaron pérdidas de vidas humanas y un gran impacto psicosocial y económico de mediano y largo plazo.

La vivencia de un desastre genera cambios abruptos en diferentes ámbitos de la vida de las personas y comunidades, visibiliza problemas sociales y agrava la desigualdad, generando angustia y miedo frente a escenarios desconocidos. Particularmente para los grupos más vulnerables, si su situación no es reconocida y abordada de manera oportuna y adecuada, aumenta la probabilidad de que surjan problemas graves de salud mental y de larga data. Como lo ha descrito la Organización Mundial de la Salud (OMS), la respuesta en el campo de la Salud Mental no sólo implica atender las consecuencias emocionales directas de un evento, sino también, otros efectos indirectos en la dinámica interpersonal y social, así como en el entorno de las personas afectadas, en la medida en que se produce un deterioro del tejido social y una desestructuración de la vida familiar.

En este contexto y ante un sostenido aumento de las emergencias y desastres, Chile tiene la necesidad de incorporar de manera permanente un enfoque para la protección de la salud mental en la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD). Así, los esfuerzos de múltiples actores del Estado y de la sociedad civil deben apuntar a una transversalización de este componente, especialmente enfocados en disminuir las vulnerabilidades, así como fortalecer y mejorar continuamente las capacidades institucionales y comunitarias.

Como una forma de responder a esta necesidad y a partir del terremoto ocurrido el 27 de febrero de 2010 en Chile, surge una línea de cooperación con Japón que incluía temáticas relacionadas con salud mental. Esta colaboración inicial permitió el desarrollo de un proyecto que a cuatro años plazo (2014-2018), tuvo por propósito generar un Modelo de Protección de la Salud Mental en la GRD para Chile.

Este primer Modelo Chileno de Salud Mental en la Gestión del Riesgo de Desastres espera constituirse en un hito que facilite que las acciones en dicho ámbito transiten desde actuaciones eminentemente reactivas hacia la Gestión Integral del Riesgo, ofreciendo un lenguaje común y una lógica de coordinación en el contexto del Sistema Nacional de Protección Civil. Aspirando a que todos sus integrantes, incluyendo a las agencias del Estado, los organismos científicos, técnicos y la comunidad organizada, integren a su misión e identidad, una cultura de prevención y preparación que apunte hacia el desarrollo de la resiliencia y protección de la salud mental de las personas y comunidades, considerando las particularidades de su territorio y contexto sociocultural.

Este documento recoge elementos y buenas prácticas para la protección de la Salud Mental desde la perspectiva del Kokoronokea, o “cuidado del corazón”, desarrollada en Japón; además de la evidencia de la literatura científica actualizada, las orientaciones y recomendaciones de los organismos internacionales y fundamentalmente aprendizajes recogidos a partir de las diferentes emergencias que ha debido enfrentar nuestro país.

Su construcción se basó en un trabajo colaborativo de diferentes sectores del Estado, junto al apoyo del Gobierno de Japón, a través de su Agencia de Cooperación Internacional (JICA), siendo diseñado como un marco referencial bajo una lógica de mejora continua, que apunta a la posterior generación de materiales, manuales, instructivos y recomendaciones que respondan a un mismo criterio conceptual: lograr un abordaje integral de la salud mental en el contexto de la Gestión del Riesgo de Desastres, específicamente bajo el marco institucional proporcionado por el Plan Nacional de Protección Civil (PNPC), la Política Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y el Plan Estratégico Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres 2015-2018 del Ministerio del Interior.