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“Crear comunidad” un objetivo común de las mujeres refugiadas en Quito

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Ecuador
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UNHCR
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QUITO, Ecuador, 16 de enero (ACNUR) - Muy temprano por la mañana de un día soleado, las mujeres refugiadas comenzaron a juntarse tal y como lo habían hecho durante los últimos 5 meses, estaban listas para ser parte de la clausura del primer taller de mujeres refugiadas de Quito, el cual se concibió con la idea de abrir un espacio para compartir experiencias y formar mujeres lideresas.

Gracias al apoyo del ACNUR y la Fundación Ambiente y Sociedad, se logró trabajar en dos barrios de la ciudad donde existe una importante presencia de población refugiada. Las mujeres que formaron parte de estos talleres pasaron primero por un proceso de identificación y de recomposición de sus historias de vida, todo esto basado en la metodología del teatro y lo lúdico con la finalidad de que las participantes puedan recuperar la confianza en ellas y potenciar todas sus capacidades.

“La llegada es lo más duro, los refugiados somos muy estigmatizados en este país, estos encuentros representaron para mí un punto de desahogo y de lecciones. Esto me ha ayudado a sacar lo mejor de mi persona, soy el motor y la fuerza de mi hogar, aquí puedo llorar reír y expresar todo lo que tengo en mi corazón, ahora me siento más fuerte de alma y espíritu” comenta Rosa*, una mujer refugiada.

El empoderamiento y el liderazgo fueron los principales temas de trabajo. Cada quince días alrededor de 23 valientes mujeres se reunían para compartir momentos de aprendizaje donde tenían la oportunidad de contar su historia, sus sueños y sus anhelos en este nuevo país. La metodología utilizada por las capacitadoras lograba desarrollar el aspecto emocional, social e intelectual de las participantes, lo que ha dejado como resultado mujeres fuertes que buscan trabajar conjuntamente.

“El cambio corporal y de lenguaje que hemos evidenciado en las mujeres ha sido muy notable, antes tenían un lenguaje de mucho dolor, ahora son mujeres llenas de confianza y autoestima. Consideramos que el teatro nos permite trabajar en la construcción de comunidades afectivas el cual consiste en que a través del afecto las mujeres se junten y construyan proyectos comunes”. Comenta Alexandra Almeida, capacitadora del grupo.

La población refugiada que se encuentra en el Ecuador representa en su mayoría un aporte para la economía del país. Este grupo de mujeres pretende continuar capacitándose para trabajar en un tema de acogida, ser ellas quienes a nivel comunitario reciban a otras personas refugiadas y poder informarles del proceso, sus derechos y obligaciones, inclusive ubicarles geográficamente. De igual forma desean crear cajas de crédito comunitarias y posteriormente abrir sus negocios de pastelería, textiles etc.

Para Josep Herreros Jefe de la oficina de terreno de Quito, “Este proceso ha sido muy importante para el ACNUR, hemos podido constatar el crecimiento que han tenido las mujeres durante este tiempo y deseamos continuar apoyando a este grupo para fortalecer su liderazgo dentro de su comunidad”.

Durante la ceremonia de clausura la alegría fue la principal invitada, mediante juegos, teatro, obsequios, diplomas y una gran comida cayó la tarde y así, con el mismo entusiasmo con el que llegaron, las mujeres refugiadas se despidieron con el deseo de que durante este año puedan continuar con este importante proceso, el cual les ha ayudado a crear comunidad y a continuar con su aporte para un país mejor.

Por: Andrea Escalante en Quito, Ecuador

*Nombre cambiado por razones de protección

ACNUR